GRABACIONES: MISTER HYDE. Un bonito cadáver (Autoproducido, 2014). Por Stabilito, D.

Las despedidas duelen, no son plato de buen gusto y, sobre todo, son difíciles de maquinar e imposibles de digerir.  Míster Hyde han decidido poner el punto final a su obra, han cerrado de golpe su libro y se han sentado al borde del acantilado oteando nuevos horizontes. Lo han hecho de la manera más elegante, creando, pariendo sus últimas cinco composiciones que, a idea o no, suenan a nostalgia (“sabíamos que iba a llegar este momento”).

Bengalas, de riff implacable y versos marchitos, abre la autopsia del cadáver que abandona el espacio y el tiempo siendo joven, con la tensión del que aprende a cada paso. Tan sencilla y tan perfecta como la mayoría de las canciones del grupo. Canciones, al fin y al cabo, de esas que nos llevan por la calle de la amargura durante años y cuando finalmente aparecen las tenemos que regalar.

Álex, Nacho, Edu e Iván han realizado un excelente trabajo de local a la hora de grabar. Son tiempos en los que menos es más, en los que hay que ajustar el bolsillo y laborar al máximo. Desaprender nos acerca más al sonido disco, con bajo escurridizo y batería frenética, imposible no romperse el cuello (“y esta vez terminar lo que un día no pudimos”). El sonido de Míster Hyde ha ido evolucionando e incorporando nuevos matices desde que rompieran la escena  en aquel glorioso 2006. Subidas y bajadas al antojo del oído más exigente,

Sin salirse de lo establecido pero con una intro garagera comienza Más fuerte que el dinero, un título de rabiosa actualidad (“sigo siendo el campeón en desoír consejos”). Centrarnos en el hombre para combatir contra él, arrastrarla carcoma y levantar el hacha de guerra para destrozar cualquier barrera. Con versos como “dices que no es el final, sólo es el principio” Elías abre la puerta al futuro, sea el que sea, han ganado un hueco de forma limpia y es su deber defenderlo.

Tabaco y mezal y sus ritmos ajenos al oído acomodado (recuerdan a Casablacas cantando al Machu Picchu) dejan la puerta de salida a medio abrir (“y como voy a convencerme de que puedo estar sin ti”) para que Un bonito cadáver la derribe dejando un surco bien marcado. Acercándose de refilón al Bowie de los noventa y con marcado dramatismo en la voz de Elías despiden una etapa y, de verdad que a algunos nos dejan un poco más vulnerables (“la realidad es tan distinta”). Como el amigo que no ves hace mil días y de la noche a la mañana te enteras de su destierro, así… Les deseamos el mejor de los futuros, si es a base de canciones.

Stabilito, D.
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