AMARAL â «PÃJAROS EN LA CABEZA» (EMI 2.005)
Creíamos algunos ingenuos que este último trabajo de Amaral sería un punto de inflexión en su carrera, que una vez alcanzado el éxito masivo abandonaría de una vez por todas ese peligroso límite entre la calidad y la comercialidad facilona y daría rienda suelta a su talento para centrarse en hacer la música que realmente le gusta… Craso error, ya que lo cierto es que Pájaros en la cabeza, supone artísticamente una mera continuación de sus anteriores trabajos que nos deja el suficiente número de canciones intrascendentes como para pensar que quizá nos encontramos ante el disco más flojo del dúo o, como mínimo, ante el más aséptico.
Claro que, teniendo en cuenta el talento innato para realizar canciones de bella factura que atesoran Eva y Juan, esta pequeña «pájara» tampoco es como para alarmar al personal, ya que como en ellos es habitual también nos regalan un puñado de temas que sí están a la altura de lo que se espera de ellos. Y así nos encontramos con destellos de inspiración como el pegadizo estribillo en falsete y la rabia contenida de la soberbia Revolución, la frescura y el optimismo juvenil de Marta, Sebas, Guille y los demás, el refinamiento pop de Días de verano o Tarde para cambiar y, sobre todo, el dramatismo y la emotividad de Esta madrugada y En el río, ésta última de claro mensaje ecologista.
Aciertos que se ven empañados – sólo en parte – por algunos lunares como el aire pseudoroquero de Big bang (demasiado aliñado como para resultar creíble) o ese inexplicable toque infantil â rozando la ñoñería â que impregna varias canciones, como sucede en la irritante Salta. Ni siquiera la añeja y apocalíptica No soy como tú, esta vez con la voz de Enrique Morente metida con calzador, ha podido ver la luz con la tensión emocional que merecía y que sí quedaba reflejada en las primeras grabaciones clandestinas que circulaban de los aragoneses.
No en vano, la voz de Eva no ha perdido calidez hasta el extremo de mostrarse fría, pero sí que es cierto que en algunos momentos parece decantarse por una faceta más juguetona pero mucho menos emotiva. No transmite igual que otrora lo hizo en temas como Siento que te extraño o Botas de terciopelo. Y es que en Pájaros en la cabeza las emociones se suministran al oyente con cuentagotas…
Eso sí, se muestran los zaragozanos más guitarreros que nunca, permitiéndose además experimentar con multitud de sonidos e instrumentos: arreglos de cuerda, un theremin, un hammond … Experimentación y profusión de arreglos varios que, paradójicamente, dan como resultado un disco de canciones sencillas y directas. Todo es poco para dotar al sonido de la banda de una mayor envergadura y arropar convenientemente la privilegiada voz de Eva, si bien se echa en falta una mayor preocupación por la sustancia musical de los arreglos de guitarra y no tanto por la calidad sonora de los mismos.
Mención especial merece ese fantástico DVD que acompaña al CD y que contiene un preciado material en forma de concierto acústico, galería de fotos y el «making of» de Pájaros en la cabeza. Todo un acierto que sin duda aporta un valor añadido al disco y que nos muestra toda la ilusión y el trabajo que Juan y Eva han desplegado para la grabación del mismo.
En definitiva, Pájaros en la cabeza deja el sabor agridulce de una gran ocasión perdida. Y es que, a pesar de ser un disco musicalmente correcto, en el plano personal y musical ha supuesto para mí una pequeña decepción. Lo mejor es que, aunque sólo sea por inercia, este cuarto disco venderá seguro cientos de miles de copias y consolidará todavía más a Amaral en el panorama pop nacional, lo cual lejos de ser un hecho reprobable supone un verdadero acto de justicia en medio de tanta bazofia musical patria. Confiemos en que el directo pueda aliviar ese sentimiento agrio. Seguro que sí.
Jaime stereAnt, no es como tú