Londres 1983. Este es el lugar y la fecha a donde creí trasladarme el jueves pasado en el Centro Cultural Delicias cuando asistí al concierto de The Mary Onettes. Un auténtico viaje en el tiempo inesperado el que nos ofreció esta banda sueca en el concierto que celebraba el 8º aniversario del local zaragozano La Lata de Bombillas.
Y es que este quinteto de músicos tiene bien aprendido el discurso que impartieron en la primera mitad de la década de los 80’s un gran número de bandas a lo largo y ancho de Inglaterra y que, con el paso de no mucho tiempo, se fue trasladando a todos los rincones del viejo continente. Un discurso que se convirtió en movimiento y que se hizo llamar after-punk o new wave, cuyos exponentes principales fueron grupos como The Cure, The Chameleons, Echo & The Bunnymen, The Mission o los primeros U2.
Lo primero que llamó la atención de la banda fue su estética. Los cinco miembros vestidos de negro riguroso y con pinta de tomarse esto de subirse a un escenario como algo muy serio. Se sienta el batería en su banqueta y comienza a tocar el ritmo de uno de los temas de su reciente primer disco y unos segundos después se une a él toda la banda al completo sumando todo el potencial de sus respectivos instrumentos. A priori, un sonido impecable dominado por el bajo y los teclados. Y la voz del cantante, perfecta, combinando tonos graves y profundos con otros más agudos, al más puro estilo Robert Smith. Sonaron cuatro temas más -con un público más bien analista- hasta que llegó el punto fuerte de la noche cuando interpretaron el hit “Void”, un auténtico temazo que conquistó al numeroso público que se encontraba presente. Guitarras punzantes, un ritmo arrebatador y un estribillo fácil y eficaz fueron los ingredientes para que media sala se pusiera a bailar dejándose contagiar sin prejuicios por lo que estaba escuchando.
A partir de ese momento la actuación dio un giro de 180º y la banda fue desgranando uno a uno los mejores temas de su repertorio para gozo y disfrute de los allí presentes. Cerraron con “Lost”, el single perfecto, la canción perfecta. Y para el primer y único bis de la noche eligieron “Pleasure Song”, la canción que abre su disco homónimo y que es una auténtica delicia: un medio tiempo hermoso y épico que te traslada, directamente, al paraíso soñado. Lástima que no incluyeran “Slow” en el set-list, otro de los temas fuertes del disco y que la gente echó de menos encarecidamente.
Sorprende y alegra saber que países como Suecia albergan una escena musical variada y sobresaliente como nos demostraron The Mary Onettes, auténticos embajadores de tal escena por toda Europa.
Y alegra aún más que hoy en día haya bares en Zaragoza como La Lata de Bombillas que apuestan por programar conciertos de calidad y apuestan por traer nuevas e interesantes bandas.
Una forma maravillosa de celebrar un aniversario. Larga vida.
Texto: Alex Elías
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