¿Alguna vez te has preguntado qué significa la palabra rock? ¿A qué bandas se les engloba dentro de este estilo, sin añadir nada detrás o delante de esas cuatro letras? ¿Qué es rock? En estos tiempos que corren……. nadie lo sabe. O quizá nadie haga ya rock a secas. Pero en esta ciudad hay una banda que se dedica a ejercer de gurú del género y a explicarnos el porqué de todo esto. Son Lana Lee y el jueves pasado nos reunieron a unos cuantos en el Cabaret Pop para presentarnos su nuevo ep: A date with… Lana Lee.
Sobre el escenario tan sólo tres personas. Nacho, Roberto y Javi. Guitarra y voz, bajo y coros, y batería. Y sobra. Empiezan a tocar y en lo primero que te fijas es en su originalidad. Es una música tremendamente original, que no hace concesiones a la comercialidad ni desmerece al buen gusto. Y tremendamente instrumental. Y es en este punto donde hay que detenerse para hablar del trío zaragozano. En su instrumentación. Cada uno de sus miembros domina a la absoluta perfección su respectivo instrumento. Músicos de “alto standing” que se suele decir. Y es que las Jazzmaster de Nacho respiran con vida propia. Hablan el lenguaje que su portador les ha enseñado a lo largo de toda una vida compartida con las seis cuerdas. Las domina a la perfección, y es más, sabe imprimirles un sello propio. Gracias, en parte, a la ya “famosa” colección de pedales que Nacho atesora y exhibe en cada concierto manejando cada uno de ellos como si los hubiera concebido él mismo. Roberto, es un bajista. Y digo esto -que a priori puede sonar poco perspicaz- ya que hay pocos tipos que sean verdaderamente bajistas y no guitarristas convertidos a bajistas por las necesidades y circunstancias internas del grupo donde milita o de la “oferta” tan escasa que existe de estos músicos hoy en día. A él le gustan las cuatro cuerdas y nos lo hace oir a cada nota que dá. Y Javi es un gran músico, multi-instrumentista y conocedor absoluto del entramado musical en todas sus vertientes. Y esto, queramos o no, se nota en una banda cuando ésta sube a un escenario. Esa solvencia instrumental de sus miembros es garantía segura.
Una vez desengrasada la máquina, comenzamos a escuchar una a una las piezas de su amplio repertorio. Nos encontramos con la alternancia de temas recientes como “Overdose blues” o “Shake Yr. hip”, incluidos en su reciente ep, con temas más antiguos como “My favourite blonde” o “Iceberg” por citar algunos. Ecos a Jimi Hendrix en el desarrollo de los temas más guitarreros, ecos al blues de mediados de los 70’s y también a la psicodelia de Pink Floyd. De hecho, me consta que alguno de los miembros de Lana Lee posee completa la discografía de la banda que fundó el malogrado Syd Barrett . Y eso es mucho decir. Pero también hay mucho regusto en esta receta tan personal a un género que siempre me llama la atención cuando lo saboreo. El grunge. Porque se nota que el trío empezó en esto de la música en la década de los 90’s militando en formaciones directamente ligadas a este estilo, que tan profundo ha caído en pocos años.
La gente se movía, sonreía y disfrutaba con los temas de los finalistas del MVT’07, a la vez que disfrutaba de las consabidas habilidades de sus tres miembros. Tanto es así que tuvieron que salir a regalarnos más canciones, ya que el respetable no cejaba en su empeño de escuchar los bises. Y es ahí cuando el trío nos regaló su mejor colección de canciones que nos dejó a todos con un muy buen sabor de boca.
Si cogemos la gran cantidad de influencias que cocina Lana Lee, las aliñamos con la enorme habilidad instrumental de sus miembros y las salpicamos con un toque de fuerza escénica y energía, nos salen las cuatro letras mágicas: ROCK.
Texto: Alejandro Elías
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