Los 69 Revoluciones es uno de muchos grupos que intentan hacerse hueco en el complicado panorama rockero nacional, parece ser que éste está en plena crisis a pesar de grupos como Vacazul, Sol Lagarto o los siempre presentes Sex Museum que siempre suponen un puro alivio.
Aún así la ciudad parecía más perdida en aplaudir o criticar la Expo que en ir a disfrutar de una agradable dosis de rock and roll, puro y duro, sin fisuras y siempre auténtico.
El show comenzó potente, como era de esperar, tres guitarristas, entre ellos el grandioso Campillo, un bajista siempre correcto y un buen batería (que también pudimos ver en Circodelia). El inicio no podía ser más arrollador: Deja que lo muerda, el primer corte del Coliseum de los M-Clan, un sonido atronador, quizás a momentos demasiado alto pero ¡qué carajo! Es rock and roll. Siguieron con Dime, single del primer disco de los 69 revoluciones y con María, un tema que saldrá en su próximo disco que con un poco de suerte saldrá en Octubre de este año.
Guitarras muy potentes, tanto que no dejaban casi lucimiento a las voces, Campillo mandaba a sus anchas, dueño y señor del slide, bestia de las seis cuerdas. La banda siguió con Donde el río hierve del primer disco de los murciélagos. De Los Lunáticos la única que rescataron fue Que el tren no pare con la que jugaron con el, por desgracia, escaso público que acudió a la cita. Siguieron con más temas de la futura grabación del grupo madrileño, canciones como A través del cristal, Sueño de una noche de verano, Miles de historias, Para morderte…Para las versiones jugaron cartas ganadoras con Neil Young y su Keep on rocking on a freee World, Joe Cocker y su grandiosa versión del tema de los Beatles: With a little help y el Layla de Clapton.
De los M-Clan nos sacudieron con Perdido en la ciudad, el magnífico himno ¿Dónde está la revolución? Y finalmente y por mandato de la sala se despidieron sin bises con Un buen momento. Sin duda una noche magnífica en la que pudimos olvidarnos de Expos y Eurocopas para centrarnos en algo que nos acompañará toda la vida: el rock and roll.
