Javier Benito, de la sala La Lata de Bombillas, asegura en el mismo reportaje que “hay una crisis” aunque también advierte que la solución no está en “lloriquear”.
Chema González ha aprovechado para dar la noticia de su decisión de tirar la toalla tras algo más de un año al frente de la interesante sala zaragozana The Cavern. En las páginas de la publicación aragonesa alega estar “desmoralizado”.
Gerardo García, programador de la sala Arrebato, y Chema Fernández, promotor de Antípodas Producciones, coinciden en que gran culpa de la crisis reside en la falta de relevo generacional, según Fernández, debido a las leyes que prohíben la entrada a las salas a menores de edad así como los precios excesivos en las consumiciones.
Para Sergio Vinadé, de la formación Tachenko: «En los 80 se entendía la música como una forma de vida, ahora se ve como un producto de consumo más».
Según seguimos leyendo en Heraldo de Aragón, Jaime Lasaosa, guitarrista de StereAnt y Hotel, reivindica unas condiciones “con una mínima calidad técnica” para los músicos.
El cantautor Juako Malavirgen destaca que “el problema está en la amenaza de cierre que pende sobre algunos locales, lo que obliga a no promocionar conciertos o a ceñirse a acústicos para evitar quejas”.
Para Sergio Falces, compañero de Aragón Musical, «iniciativas como el Muévete en Directo están logrando acercar la música de nuevo al público, pero aún así sigue yendo poca gente a los conciertos».