AMARAL. Teatro Principal de Zaragoza. 28/09/09

Los chicos esperaban con ganas la vuelta a la ciudad, la misma que se patearon hace un tiempo, la misma que les vio crecer a pasos agigantados y la misma que, con lágrimas en los ojos, les despidió deseándoles suerte en la capital. El regreso fue triunfal y se fue repitiendo a lo largo de los años. Y como todo artista aragonés de sobrenombre (entiéndanse Distrito 14, Juan Perro, Labordeta, Bunbury…) el Teatro Principal estaba ya de sobras preparado para ellos, el mítico escenario maño ansiaba reencontrarse con aquellos dos chavales que partieron con ilusión y volvieron con el público de medio mundo ganado a base de canciones. Únicamente tres fechas (imposible ampliarlas por la programación del Teatro) en las que el público zaragozano puede disfrutar una vez más del grupo que ya tiene más que rodado su último disco “Gato Negro, Dragón Rojo”.

All Tomorrow’s Parties de Velvet Underground encendió la mecha de lo que iba a ser una noche para el recuerdo, telón abierto y Eva Amaral a la guitarra, sola ante el peligro, como si de una apuesta o una cuenta pendiente se tratara, inició el show con Esta noche. Luego se le uniría Juan Aguirre para dar paso a Un día más, ellos dos, guitarra y voz (y harmónica), como cuando empezaban a recorrerse salas como la Arrebato, Morrisey… de las que se acordó el guitarrista en su discurso. Pero Amaral no son sólo Eva y Juan, han ido juntando a músicos de gran trayectoria como el incombustible Quique Mavilla en los teclados, una banda que hace eléctricos los conciertos y que entiende perfectamente el significado del espectáculo.

Uno a uno fueron cayendo grandes éxitos como El Universo sobre mí, Como hablar o Las puertas del infierno. Temas coreados hasta la extenuación por el público que abarrotaba el recinto. El segundo acto lo introdujeron Eva y Juan con Alerta para dar paso a la parte más rockandrollera del concierto. Las revisiones de temas como No sé qué hacer con mi vida (Polly Jean se quedaría boquiabierta), Estrella de mar, Big Bang y En solo un segundo (con Theremin incluido) son todo un acierto, además el trabajo de Zulaima en el Cello aporta al grupo variantes sonoras muy interesantes, cosa que también hace como no la personalísima guitarra de Aguirre quien se atrevió también a la voz con la entrada de los bises y Es sólo una canción. Hubo recuerdos varios para Antonio Vega, uno de ellos fue la versión de Nacha Pop, Atrás. Amaral experimenta, adapta sus canciones al momento que viven, a los viajes que realizan o a los sueños que les quedan por cumplir, no dan una canción por finiquitada nunca y la revisan buscando una nueva cara como ocurre con De carne y hueso y la entrada del sitar.

El grupo, al que todavía le quedan dos noches más en el Teatro, se despidió por todo lo alto con Kamikace y Revolución, dejando al personal con una sonrisa en la boca y la alegría por ver que en casa del vecino las cosas van muy bien. Dos horas y media de concierto y la sensación de un grupo que no pierde nunca la ilusión, que sigan así y vuelvan cuando gusten, a servidor le tienen ganado.

Texto: Stabilito, D.
[email protected]
http://diegostabilito.blogspot.com

Imágenes: Ángel Burbano
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