Tras la tormenta llega la calma. Tras la etapa de Rulo como vocalista de La Fuga, y el doloroso parto posterior, llega la… ¿he dicho calma? Poca hubo el pasado 19 de noviembre en la Sala Oasis de Zaragoza. Guitarras ruidosas, sonidos honestos y un lleno hasta la bandera, avalan este nuevo proyecto que con el nombre de Rulo y La Contrabanda y un primer disco-libro en el mercado, “Señales de Humo”, es un excelente relevo del espíritu nocturno, con la luna por bandera, del grupo de Reinosa que sin Rulo, la verdad, ha perdido algo esencial en toda banda como es el carisma… y también muchas otras cosas en las que no merece la pena entrar.
Rulo y La Contrabanda no defraudaron y el público zaragozano, muy fiel siempre al que fue su antiguo proyecto, tampoco.
Sus dos fichajes aragoneses fueron especialmente aplaudidos y coreados desde el primer momento. Quique Mavilla, todo un clásico del rock’n’roll local al que conocimos desde las filas de Distritocatorce, está al frente del bajo -liberando de este instrumento a Rulo que lo ha cambiado por la guitarra- y Miguel Tapia, habitual de Héroes, Bunbury y Amaral, ocupa la técnica de sonido. Ambos habían trabajado ya con Rulo.
Conjugaron temas de la etapa anterior de Rulo, de sobras conocidos, como “Baja por diversión”, “Por verte sonreír” (brindis previo incluido), “Malos pensamientos”, “No solo respirar”, “Despacito”, “Majareta”… con piezas del nuevo disco, “Mi Cenicienta”, “Por morder tus labios” (en formato acústico y sin batería), “Tranqui por mi camino”, “Heridas del Rock’n’roll”, “Fauna rara”… a tenor de la respuesta del público y el coreado general, sobradamente conocidas igualmente.
El bis comenzó con rulo solo en el escenario, calzado con una guitarra, interpretando muy íntimamente el conocido “La Balada del Despertador”. De nuevo, ya la formación al completo, y entre besos, entrelazaron canciones del nuevo disco, “A la baja” y “La Cabecita loca”, con temas emblemáticos de La Fuga como “Vivo más de noche que de día” (en la que resaltaron la figura de Labordeta) y “Negociando Gasolina».
El concierto, en lo relativo al público, verdadero protagonista de la noche, fue dos horas de saltos, brazos en alto y frases coreadas con una entrega al 100%. Rulo, incluso, se llegó a emocionar ante la impresionante respuesta de Zaragoza y al escuchar continuamente al unísono su nombre junto a palabras de ánimo. No faltó la consigna habitual de Zaragoza con La Fuga: “Queremos a Bisbal colgado del Pilar”. Loables deseos desde una propuesta muy honesta que por su carácter de rock urbano no va a ser aplaudida por una prensa musical demasiado centrada en sonidos igual de manidos, y más, pero vendidos como la música de mañana.
Es importante destacar el fenómeno que supone, claramente, Rulo y la Contrabanda, que sin apenas apoyo mediático consigue movilizar a tantos Incondicionales. Incondicionales zaragozanos el pasado viernes, pero de cualquier parte del país en el resto de conciertos de una exitosa primera gira de un proyecto que brilla con luz propia, reflejada en la luna, por su enorme transparencia. Será que no está todo perdido en la música y hoy gracias a Internet el monopolio musical con el que siempre han contado los diferentes medios de comunicación al fin ha caído.
En cualquier caso, música sin complicaciones, honestidad a raudales, muy buenos temas, un directo rotundo y un Rulo más carismático y a gusto en el escenario que nunca (que ya es decir). Mucho Rulo.
Sergio Falces
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