Cualquiera que diga que en Zaragoza no hay conciertos habría que darle una colleja. Fuerte. Los últimos fines de semana la elección se está poniendo cada vez más difícil entre los que nos gusta disfrutar de un buen directo. Mis últimas elecciones se habían decantado por grupos más o menos consolidados, así que esté sábado recurrí a la Ley Seca para degustar las propuestas de dos bandas de la capital. En un principio, esta fecha estaba reservada para el grupo madrileño Le Traste, pero por problemas internos del grupo les fue imposible venir. Esperemos que no tarden mucho.
A Lana Lee nunca había tenido la oportunidad de verlos en vivo, aunque su concierto resultó ser el primero que daban como banda plenamente instrumental. Me llevé una buena sorpresa. Han dejado el rock con reminiscencias grunge de sus comienzos y han apostado por una faceta más experimental y también, por qué no decirlo, más interesante. El trío ha depurado sus formas, dejando una base rítmica sólida (recordándome en algunos momentos a grupos como Manta Ray), para que su guitarrista pudiera dar rienda suelta a su virtuosismo a las seis cuerdas. El Brian Eno de Zaragoza me lo habían descrito. Es exagerado, pero no hay duda que le gustan los pedales y crear atmósferas. El resultado fue curioso, con posibilidades de gustar a los amantes de las nuevas formas del rock, como a los más puristas. Me explico. Mientras que la batería y el bajo huyen de los tópicos, la guitarra, en su afán de abarcarlo todo, no deja de recurrir a la técnicas más clásicas. Así de las cuerdas podían salir sonidos con reminiscencias al blues, al jazz, al rock de los 70, de los 90… Lo dicho, algo diferente, para descubrir.
Con Crisálida las cosas están muy claras. Rock americano con regusto sureño. O lo tomas o lo dejas. Ya los había visto y siguen siendo tan buenos músicos como los recordaba (estupendas guitarras y agradables coros). Después de solucionar unos pequeños problemas con el teclado pusieron en marcha su máquina de rock. Debo reconocer que siempre los prefiero cuando apuestan por sus temas más rápidos que por sus medios tiempos, pero resultan eficaces siempre. Su anterior EP, Náufragos en la ciudad, ya tiene tres años, por lo que no resultó extraño que presentasen algún tema nuevo, muy en su línea. Tampoco depararon muchas sorpresas las versiones que escogieron como complemento a sus repertorio, Born to be wild (de Steppen Wolf) y All right now (Free). A pesar de ser obvias no dejaron de ser plenamente disfrutables, al igual que toda su actuación.
Texto y fotos: Jaime Oriz