De Vito siguen sorprendiendo cada vez que tocan en su ciudad natal, Zaragoza, con unos conciertos cada vez más enérgicos e incendiarios. Eligieron para esta ocasión –muy acertadamente- realizar su show en La Ley Seca, una sala pequeña y coqueta donde la música suena a las mil maravillas y el roce con el público está asegurado. Además decidieron no sacar a la venta la totalidad de entradas permitidas –que volaron en un abrir y cerrar de ojos- con el fin de que ese contacto con el público fuera directo, fiel e inmediato. Así pues, Fuxedo, Ed, Malatesta y Ferdinand salieron a escena absolutamente predispuestos y con un público entregado ya desde antes de tocar la primera nota. Abrieron con “El gran norte”, la canción más hipnótica de su repertorio. Una canción instrumental que introdujo el show de manera pausada, idónea para el caos eléctrico que De Vito estaban a punto de facturar. A partir de ese momento, el ritmo no paró en toda la noche. Una tras otra se iban desgranando las canciones de su primer L.P. de nombre homónimo, con especial atención a “On fire”, el primer single del disco y la canción que han elegido para presentarlo en sociedad. Un pildorazo de pop electrónico y bailable de esos que levantan el ánimo a cualquiera, poniendo en pie de guerra a una concurrida sala llena de sonrisas cómplices con una banda que desprende alegría. “Champán para todos” también caló hondo, ya que es por todos conocida la dedicatoria implícita que esta canción incluye a Sergio Algora. Ciertos problemas técnicos se sucedieron en el que se palpaba como uno de los momentos álgidos del concierto, “Alles auf deutsch”, y tuvieron que volver a comenzarla una vez empezada. No empañó, en absoluto, el impacto que está canción genera tras su intro y la celebración rítmica que supone. “Mojito”, “Barbara rave” o “Radio räro” fueron otras de las canciones coreadas por un público con muchas ganas de pasarlo bien, pero fue sin duda “Clap your hands say co!” el tema que más poso dejó entre la afición. Una canción muy recordada por la parroquia habitual en los conciertos de De Vito y que además, recientemente, se ha podido oír en televisiones nacionales acompañada de un videoclip tremendamente logrado en el que los cuatro componentes se disfrazan de sus bandas favoritas, esas que son nombradas en la letra de la canción. Conciertos así son muy necesarios en tiempos como estos, en los que la gente parece dormida e hipnotizada por kilos de información basura que no nos aporta nada. Ojalá pudieran tocar a pie de calle, en pleno Paseo de la Independencia o en la Plaza del Pilar, para desentumecer cerebros e insuflar ritmo y energía a esta vida que nos ha tocado vivir.
Texto: Alejandro Elías / Fotos: Pilar Calvo