COLUMNA: DÍA INTERNACIONAL DE LA MÚSICA. Zaragoza, 21 de Junio de 2012. Por Stabilito, D.

Es muy difícil ordenar el caos producido por mi cabeza en una noche como la de ayer, más bien en un día, bueno, dejémoslo en una semana. Y es que con motivo de la celebración del Día Internacional de la Música mis neuronas estaban un poco atacadas, ¿saben esos momentos en que un mínimo movimiento se convierte en un terremoto? Pues ahí, en ese mismo punto me encontraba. Y es que, el que escribe estas líneas se declara esclavo de la música, en todas sus vertientes y, especialmente, en el panorama musical aragonés, por que haberlo hailo, le pese a quien le pese.

Comenzaré citando a los que mueven el cotarro, y ya de primeras aviso que esta crónica será la más extraña de todo el curso, y es que en las últimas semanas, el contacto con gente como Falces, Chapín, Pitarch, Guardiola, Oriz, Cebrián, etc me ha hecho ver que la gente da sin pensar en recibir. Primer asunto importante: la gente ama la música y emplea su tiempo libre en darle placer. Minipunto para el equipo de los agitadores. La semana continuaba y, claro, Diego Stabilito, amén de genial cronista, es también músico (con perdón para los dueños de la razón absoluta), y como músico que soy disfruto en los ensayos de The Space Oddithree junto a mis hermanos. Segundo asunto importante: la gente ama la música y se relaciona con otros iguales (o distintos) para darse placer. Minipunto para el equipo de los músicos (amateur, profesionales y extraterrestres).

Y llega el día en cuestión, y paseando por la calle me paro y echo unas monedas en la eterna violinista de la Calle Alfonso. Pienso que eso es dedicación y lo demás son tonterías, y me entran ganas de ofrecerle una colaboración musical cuando, ingenuo de mí, sería ella la que me ofreciera dicho regalo. Pero sigo caminando hasta el centro comercial que más música ofrece de la ciudad (y es aquí cuando me acuerdo de Linacero, de Tipo o de la tiendecita de vinilos cercana a la Sala Zeta) y como no hay nadie todavía en el fórum de conciertos me dedico a manosear la reedición del Ziggy Stardust. 21,99 €. Se me escapa de las manos, otra vez será. La gente ama a la música pero no tiene dinero para satisfacer sus necesidades. Minipunto para el equipo del pirateo. Y cuando apenas han pasado cinco minutos, bajo las escaleras y descubro con parte de satisfacción que es imposible coger buen sitio en el concierto acústico de Almas Mudas porque la plaza está abarrotada de adolescentes gritonas. Por un lado vuelvo a sentirme culpable por no poder ver al grupo, por otro me alegro sobremanera por ver que las cosas funcionan bien para Miguel y compañía. Hace seis años compartimos escenario, hoy les aplaudo con una sonrisa incrustada en la boca.

Mi retiro espiritual pasaba por Bodegas Almau, terraza mítica donde las haya, pero esta vez la música estaba en otra parte y Houellebecq fue el único que se atrevió a hacerme compañía. Sin problema, pronto vendría mi musa, la que un día fue la mejor voz femenina de la región, y me arrastraría a ver el final de Second que contó con bastante menos público que Almas Mudas. Aplausos, preguntas de ¿Quiénes son estos tíos? Y más de un desorientado echándose el disco en la saca. Por eso hay que rescatar la música en directo en las tiendas de discos, porque allí parece que los bolsillos duelen menos que los pies. Durante el paseo me dio tiempo a saludar a César de The Dust Bowl (vayan a sus conciertos, ¡leñe!), a recordar que Juan Gracia tocaba en el Dublín con Las Malas Lenguas, que Ana Manzana debutaba en Teruel, que las fotos de Lucía Bailón y de Pedro Popker son maravillosas, que tenemos salas como la López, La Ley Seca, El Páramo y muchas más que están haciendo genial las cosas, que la vida está para vivirla y que necesitaba unas empanadillas caseras del Ángel del Pincho porque el día estaba siendo demasiado largo para mi flácido estómago. Para finiquitar la celebración (que no la semana, porque Fon Román, Carlos Ann, Morti, The Faith Keepers, The Patinettes y un largo etcétera tocan en la ciudad este fin de semana) nuestros traseros fueron a parar a La Casa del Loco en donde Gabi Morgan repasaba sus influencias cantando a Rosendo, a M-Clan, y a sí mismo con su Margott particular. Nureyev demostraban que Silent fue muy bonito pero que el castellano les sienta muy bien y temas como Portobello son la respuesta a muchos interrogantes. Chico Raro, en formato trío, fueron la excusa para que pudiera ofrecer unas monedas a un acordeonista del Este. La cerveza a un euro es lo que tiene. Y finalmente, los anfitriones, Míster Hyde, demostraron porqué no están sobrevalorados, porqué son uno de los grupos que mejor lo están haciendo y porqué pueden y deben salir adelante con sus canciones de estribillos geniales que Stabilito nunca podría crear. Con El Silencio entre Nosotros sonando hui de la escena del crimen con premeditación y alevosía, haciendo el menor ruido posible porque, uno es cauto y sabe que no se puede alimentar a Guizmo pasada la media noche.

Disfruten de la vida, de la familia, de las protestas e incluso permítanse el lujo de desconectar de los periódicos y de disfrutar de hora y media diaria ya sea viendo un concierto, un partido de fútbol o masajeándose sus partes nobles, pero recuerden y tengan siempre presente que el Mundo sin música sería bastante peor, y eso es casi inimaginable.

Texto y fotos: Stabilito, D.
[email protected]

http://diegostabilito.blogspot.com

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