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Después de un año de espera y con un nuevo disco en el mercado (el directo “15”) los murcianos Second volvían a Zaragoza rencontrándose con La Casa del Loco. Pero no sería el único concierto de la zona y es que a apenas cinco metros de la puerta al recinto Gran Bob demostraba su arte subido a un camión. Así son las cosas en la ciudad del viento, el que no se divierte es porque no quiere y el que le da la espalda a la cultura poco tardará en darse por vencido.
Second se han convertido en asiduos a la escena nacional y sus múltiples conciertos hacen que la máquina musical esté totalmente engrasada, dejando ningún lugar para fallos y sí un todo a la perfección y a la contundencia. Con un sonido muy cuidado y una puesta en escena impecable arrancaron las primeras palmas con Mañana es Domingo para seguir sin respiro con su repaso a canciones como Demasiado soñadores, N.A.D.A., Rincón exquisito o A las 10, en las que las guitarras afiladas apuntalaron cualquier resistencia en un público que esta vez no llenaba la sala; tal vez fuera por la gran oferta del fin de semana, tal vez por la resaca post-Pilares.
El eterno aspirante fue la gran novedad de la noche, Second prometen tiempos más oscuros en sus próximas composiciones, una evolución lógica si repasamos las letras de Sean Frutos llenas de vampirismo y perdición. Otra de las novedades fue la exclusión de temas como Invisible o Fortune day por poner alguna pega a un concierto que rozó la perfección y provocó la locura en las primeras filas (sic). Todos los que estuvieron bailaron, y todos sudaron, casi puedo decir que todos “rodaron” con la última canción de un show que, la verdad, se hizo muy corto. ¿Todos? No, todos no, una nueva sociedad de zombies abducidos por sus teléfonos móviles prefirieron capturar cualquier instante, cualquier gesto para compartirlo en urinarios públicos o redes sociales. Pero no seré yo el que salve el mundo pues servidor aparte de “psicopático” es un poco “autodestructivo”. Recen por sus almas.
Texto y fotos: Stabilito, D.
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