Es curioso cómo lo mejor de la noche no fue el concierto de Ocean Colour Scene como todos creíamos de antemano. Lo mejor fue la sobremesa que ofrecieron los chicos de la Jam Session del Zorro, como ocurre todos los jueves. Nada nuevo bajo el Sol. Y eso que todo pintaba a que iba a ser una velada exquisita, ¡ojo! No frenen su entusiasmo que tampoco fue mala del todo, simplemente, en mi opinión, no cumplió las dichosas espectativas.
El ambiente que rodeaba al Teatro de las Esquinas (fabuloso, lo miren por donde lo miren) era digno de las mejores noches musicales que ha tenido esta ciudad (ya saben, cuando nos visitaban los grandes cada dos por tres). Un inoportuno cambio en el horario hizo que nos perdiéramos a Rafa Domínguez y sus secuaces; pero consuela saber que habrá muchas más oportunidades de ver a Guisante defender su inmenso Envasado en hechos reales. Quizás ese fue el primer traspié que hizo que tuviéramos que reducir la marcha y afrontar el show de los ingleses sin los preliminares que tanto nos gustan.
Ocean Colour Scene volvían a la ciudad después de 12 años si mis cálculos son correctos. En aquel entonces eran un grupo que, como apuntó perfectamente mi compañero Jaime Oriz, prometían más de lo que finalmente fueron. El concierto fue un despliegue de greatest hits de los 90 aderezados con canciones como Painting, Goodbye Old Town o If God made everyone de su último trabajo. El abuso de las baladas y la escasa actitud de Simon Fowler hizo que el público se enfriara un poco y solamente diera señales de vida cuando los acordes de The Riverboat Song y de Profit in Peace comenzaron a sonar. Impecables en su ejecución y con la elegancia que solamente grupos como Teenage Fanclub o Wilco desprenden, los british llegaron, tocaron y se fueron con The day we caught the train despidiéndose de un público demasiado agradecido ante el, pretendido o no, pasotismo de los artistas.
No obstante, y como ya he apuntado al principio, no fue un mal concierto. Con un repertorio tan exquisito es imposible fallar y aquí que presumimos de ser público difícil, en realidad, con poco nos conformamos. Los mejores días están por llegar.
Texto: Stabilito, D. / Fotos: Ángel Burbano
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