Quizás no lo crean pero en esta vida uno tiene que defenderse a capa y espada ante cualquier ataque. Estamos en un medio salvaje y los pechos de nuestras madres hace días que nos dieron la espalda. Por esta razón y por la escasez de fornicadores musicales en este medio me dispongo a realizar un ejercicio suicida de autosatisfacción. Enfrentar al autor con su obra. Imagínense que Pablo Picasso tuviera que explicar a una generación entera el porqué decidió pintar el Gernika, claro que el malagueño nació en un tiempo en el que el arte aún era importante y no estaba relegado a los vampiros de la mediocridad. Permítanme también que me aleje de mi persona para poder evaluar lo más objetivamente que pueda la obra de STABILITO, grupo que lucha, que toca y que tiene cosas que decir.
No es trabajo fácil de digerir este La Gran Mentira (Sin/Con pasiones, 2013), el surrealismo que admite la banda se percibe desde una cuanto menos curiosa portada. Obra Maestra de Pedro Popker, el cual se permite pervertir una fotografía de la genial Beatriz Pitarch. El arte por el arte. Un presente apocalíptico lleno de borregos que creen que piensan y de pensadores que balan ante cualquier apreciación de realidad. Todos tenemos mucho que callar y mucho que hablar. Dictadores, artistas, pecadores, mentirosos y reyes de alternan a lo largo del trabajado libreto. Y esto solamente acaba de empezar.
Un timbre en forma de epílogo, los niños salen de clase para jugar a la mentira de los reyes magos, “me he portado bien pajarito Pinzón” y esas cosas que alimentan la inocencia y que hacen que ya desde la infancia luchemos por creer lo imposible (¿les suena de algo?). La + turbación de Dalí es el corte más festivo, en cuanto a lo instrumental del disco, el atentado de la televisión, las heces que promulgan los canales autonómicos y la pérdida del arte así como la pérdida de la vocación. ¡Reina! Suena a pop, suena a Xoel y si me permiten tiene uno de los mejores riffs de la ciudad, estamos hablando de Guillermo Esteban, el creador de melodías infinitas y de dedos mágicos. Veremos la caída de los reyes e igual la provocaremos con nuestros adoquines. La épica tiene forma de folk-rock fronterizo con La Maravillosa Historia de Uno y Otro, una magistral interpretación de lo que muchos grupos de rock quieren pero no pueden. Es fácil, hay que creérselo.
Juan Gracia y Jorge Blasco tienen el peso necesario a lo largo de toda la grabación, comienza Amores Secos y nos vamos acercando al rock recitado de Standstill, es inevitable el guió a ¿Por qué me llamas a estas horas? Ana Muñoz aporta versos necesarios para los días en los que uno piensa que ya no puede más. Y sí, quizás los más visionarios tengan razón y pueda oler algo a Don Enrique pero Nacimiento, vida y muerte de un Revolucionario en dos acordes es mucho más que algún deje, que alguna mentira mal contada. Si hay una canción política que puede tocar ideologías es este ritmo machacón que con un La menor y un Do dice más verdades que cualquier sinfonía de Beethoven.
La psicodelia cercana al stoner tiene cabida en La Gran Mentira, *#16 pone las cosas en su sitio con una historia policiaca y onírica y con el mejor solo de guitarra del año. Y para terminar el dueto Puerto Hurraco y Fumata Blanca, la balada que se convierte en rutina, el ritmo frenético, el grito apurado y la verdad revelada.
Señores y señoras, es tiempo para desvelar cualquier mentira, es hora de creer en nosotros mismos y de hacer discos que no estén ajenos a una época difícil. Yo creo en lo que hago y por eso hago este ejercicio de autoflagelación. Nadie nos regala nada, es tiempo para el amor.
Stabilito, D. (con ojos de traidor)
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