El festival maño Slap! Festival ha celebrado del 4 al 6 de julio en Zaragoza, su quinto aniversario superando según la organización las 2.300 personas, consolidándose así como una de las citas musicales de música negra más solventes e interesantes del país.
Han pasado cinco años desde que Víctor Domínguez, director de Slap! Festival, decidiese organizar un evento que recogiese los diferentes y fértiles estilos del sonido negro. Una apuesta que congregó en su primera edición a 700 personas y fue creciendo año a año, lenta pero contundentemente. Este año han sido más de 2.300 personas las que han querido celebrar la buena salud de un festival independiente que ha conseguido hacerse un hueco en las agendas del verano, a pesar de dedicarse a un estilo minoritario y contar este año con menos apoyo de patrocinadores. Este quinto aniversario arriesgaba con su mayor presupuesto hasta la fecha, 130.000 euros, y un cartel excepcional que ha contado con figuras como Ebo Taylor, Lisa & The Lips, Guadalupe Plata y Kase.O, entre otros. Y no defraudaron. Como tampoco lo hizo un público incondicional que cada edición crece, acogiendo perfiles muy diversos, dispuestos a disfrutar de un intenso programa en las instalaciones ubicadas en el camping de Zaragoza.
Y es que han sido tres días con más de veinte conciertos, diferentes actividades durante el día e, incluso, directos para los más pequeños y animación infantil, para que también disfruten de una cita que pretende acercar la música negra a quienes quieran contagiarse de su eclecticismo a través de un recorrido por sus diferentes estilos.
Por sus dos escenarios han pasado artistas de quince estilos diferentes, como el soul, funk, blues, afrobeat, jazz, mento o hip hop, entre otros.El viernes destacó la vibrante propuesta de highlife del cabeza del cartel, el cantante y guitarrista ghanés Ebo Taylor, uno de los padres del afrobeat junto con Fela Kuti. Después, el blues pantanoso de Guadalupe Plata, que ofrecieron un directo de espléndida factura, para dar paso a la banda italiana Calibro 35 y su impecable funk instrumental inspirado en las bandas sonoras de las películas poliziotteschi (policíacas) de los 60 y 70.
El sábado, le tocó el turno a una maravillosa y rotunda Lisa Kekaula, cantante de The Bellrays, presentando su nuevo proyecto personal Lisa & The Lips con músicos españoles en su formación. Y para cerrar la noche, una experiencia mágica a manos de Kase.O y su banda Jazz Magnetism, que volvía a casa para ofrecer uno de los pocos conciertos en Europa. Su público lo esperaba con ansia y supo compensarlos, derrochando energía y calidad, con visita sorpresa incluida en el escenario de sus compañeros Violadores del Verso.
Así acaba la quinta edición, todo un homenaje al slap, técnica seña de identidad del funk que se produce al golpear las cuerdas del bajo contra el mástil. Un evento cuyo balance “demuestra que su arriesgada programación, fuera de los circuitos comerciales, se ha ganado el reconocimiento y respeto de una ciudad que reclamaba un festival con identidad propia”, manifiesta Domínguez. Por eso, cada año se ha crecido en presupuesto y exigencia, alcanzando un nivel a la altura de festivales ya consolidados y que corre el riesgo de verse afectado por la falta de patrocinios y apoyos institucionales, puesto que desde sus inicios el presupuesto depende un 80% de taquilla.
Fuente: Haiku / Aragón Musical / Fotos: Zarzel
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