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Empezaré por el final, porque de lo contrario me temo que pisaré lugares comunes. El penúltimo día de conciertos en la plaza del Justicia se cerró con la actuación de unos inesperados Pretty Things. Más de 50 años sobre les escenarios les avalan y no fue poca la expectación que generaron entre los amantes del rock. Con la sección rítmica renovada y muy rodada y con el guitarrista Dick Taylor todavía en forma y con aura de estrella a pesar de sus más de 70 años, el arranque del show hizo presagiar una memorable actuación. No pudo ser. Phil May no se mantiene como un vocalista solvente y lastró el trabajo de su banda. Lo intentó por momentos, pero sólo pudo lucirse en los momentos en los que el cuarteto arriesgaba por aproximarse a su repertorio con un sonido más blues. Conscientes de la perdida de gas, apostaron por el lucimiento de los músicos. Por un rato coló, pero no dejó de ser un pequeño parche. Una lástima.
Y eso que la noche había comenzado de una manera muy esperanzadora: con la vertiginosa actuación de The Kleejos Band. El nuevo proyecto del que fuera cantante de Lavodrama se levanta sobre la fiereza de unos Foo Fighters, se sostiene con la virguería técnica de Pearl Jam y se refuerza con un amplio conocimiento de los sonidos del rock americano de los últimos años. Kleiser y los suyos salieron con hambre, a comerse al público. No hubo ni tregua ni momentos bajos en el repertorio. Habrá que seguirles muy de cerca.
Y acabaré por el principio. No fue difícil decantarme por estos conciertos, teniendo en cuenta el bajísimo nivel musical que ha habido durante todas las fiestas. Por todos sabido, pero que no hay que dejar de recalcar. Aunque si escasos metros estaba triunfando por todo lo alto cierta fiesta de cierta emisora de radio, poco más que decir de lo que gusta hoy en día.
