Impasibles al paso del tiempo, The Sonics nos demostraron el pasado jueves 15 en el Centro Musical y Artístico Las Armas que los reyes del garaje siguen reinando dentro una sabana llena de brotes verdes. Casi cincuenta años más tarde desde su último álbum, sus majestades de Tacoma vinieron a presentar This is The Sonics, un disco rockero potente y actualizado que mantiene la magia del garaje sesentero que los ha convertido en históricos. La banda, que como es lógico está algo entrada en años, se mantiene joven, fresca y rabiosa a pesar de los estragos del tiempo, destacando la frenética batería de un entregado Dusty Watson que hizo volar alguna que otra baqueta.
Con una sala a rebosar -que forzó a parte del público a disfrutar del concierto directamente desde la entrada-, el respetable se arrojó a dar los coros a una banda tan entusiasmada como sus fans. Daba igual que las canciones fueran nuevas o viejas; la gente vino con los papeles estudiados, arropando las voces de Gerry Roslie, Freddie Dennis y Larry Parypay, particularmente al ritmo de clásicos como “Cinderella” y “The Witch”. Al saxofón, Rob Lind caldeaba el ambiente con cada uno de sus intervenciones.
Fue todo un privilegio poder asistir a un concierto de unas genuinas leyendas del rock y observar cómo la buena música puede mantenerse viva y actual con el discurrir de las décadas. También hay que destacar el papel de los teloneros; Los Bengala sacaron sus garras, siempre bien afiladas, para rascarnos más de un baile. Y no lo digo yo, puesto que el propio Rob Lind dedicó unas palabras a los de Zaragoza durante el concierto. Toda una señal de reconocimiento para unos chicos que han sabido continuar la esencia de Los Sonic en pleno siglo XXI.
Texto: Jal Lux, Fotos: Jaime Oriz