La sala Z sigue al pie del cañón programando conciertos en la noche zaragozana, desde hace ya varios lustros. Es un espacio mítico, un lugar donde la música siempre ha tenido un papel protagonista y, pese a los lastres del tiempo, la economía y los cambios en la cultura nocturna, ahí ha seguido resistiendo frente a todo. El pasado viernes dos bandas zaragozanas de rock se subieron a su escenario, Herizo y los veteranos Crisálida. Los primeros han sido seleccionados recientemente para las semifinales del concurso POPYROCK y se están empezando a hacer un hueco en los oídos del público zaragozano. Practican un rock en español de herencia urbana, pero con muchos y muy interesantes matices. Su sonido podría -en una primera escucha- emparentarse con el de bandas como Marea, Extremoduro, etc.,… pero si uno indaga más profundo encuentra matices que van mucho más allá. Y es que la banda la conforman cuatro músicos de primera, de esos que abres la boca al verlos tocar. Capitaneados por Carmelo Cortés, hombre curtido en mil batallas musicales, los Herizo suenan también a Led Zeppelin, a Black Sabbath, incluso a Muse en algunos momentos. Con una base rítmica impecable, cercana al sobresaliente, atacaron temas de su primera demo como “Laberintos”, “La noche” o “Sin dilación” y también tuvieron tiempo para una versión de sus admirados Platero y tú, ejecutándola con brío y furor. Les siguieron inmediatamente sobre las tablas la banda con el nombre más bonito del mundo: Crisálida. Tras más de 15 años en los escenarios, siguen siendo una de las bandas de rock que más toca en Zaragoza. Con su conocido toque sureño y americano, Alejandro Castro y los suyos siguen en la brecha y lo cierto es que haciéndolo siempre a un nivel más que notable. Su último LP “Sol de medianoche” es un excelente trabajo que contiene canciones como «Tres cigarrillos, dos balas y un solo dios», la cual tocaron sobre el escenario de la Z. Guitarras con slide, teclado hammond y una voz arrastrada con sabor a Bourbon norteamericano son algunos de los matices del sonido de Crisálida en estos momentos, dentro de un 2017 en el que la banda sigue tocando sin parar allá donde les lleven sus botas.
Texto: Alejandro Elías