La expectación y las ganas siempre son máximas cuando se trata de ver en directo a La Habitación Roja en Zaragoza. Podría decirse que esta es su segunda ciudad, su segunda casa. Aquí tienen grandes amigos y compañeros de fatigas, aquí tuvieron durante algunos años su oficina de contratación y aquí han vivido, sin duda, sus noche más memorables. Desde los lejanos tiempos de El Fantasma de los Ojos Azules, ese minúsculo bar que desde la calle Marqués de Rocasolano repartía amor y música a diestro y siniestro, hasta el hoy y ahora en Las Armas… muchas serán las historias que estos cuatro valencianos habrán vivido en las calles de nuestra amada Zaragoza. La última de ellas el pasado viernes en el escenario de la sala del barrio de El Gancho, con todo el papel vendido desde hacía semanas y con un ambiente inmejorable. Salieron a escena con la misma actitud imperecedera que les caracteriza y la complicidad intacta con un público que los adora, ávido de unas canciones que a todos nos han dejado huella. Presentaban su último disco “Memoria” y en él centraron la mayor parte del repertorio; así sonaron canciones como “Nuevos románticos”, “Líneas en el cielo”, “Berlín”, “Madrid” o “La última noche del año”, corroborando el buen estado de forma que aún mantiene Jorge Martí en labores de composición. La primera mirada al pasado se produjo con “Nunca ganaremos el mundial”, de su disco “Nuevos tiempos”, ese que lo cambió todo en el 2005. De él también rescatarían otra de sus grandes canciones, “El eje del mal”, con la que se desató todo el público allí congregado. El otro punto de inflexión en la carrera de LHR fue sin duda el disco “Fue eléctrico” y de él recuperaron muchas canciones, para regocijo de los fans. Temas como “La segunda oportunidad”, “Indestructibles” y por supuesto “Ayer”, ese gran hit que les hizo escalar de golpe varios peldaños en 2012. Con “La edad de oro” el karaoke fue colectivo y con “Mi habitación” varios de los allí reunidos rejuvenecieron 20 años. “Posidonia” anunciaba que llegaba el final y con la enorme, extraordinaria y sublime “Los últimos románticos” se alcanzó la excelencia en labores de interpretación. Con un sonido impecable –como de costumbre en Las Armas- y un público entregado al 200%, el show sólo puede calificarse con sobresaliente. Pero sin duda es el amor y la entrega que Jorge, Pau, Jose y Marc dan al público zaragozano en cada visita, lo que siempre será digno de reseñar y mencionar. Y unas canciones gigantes, por supuesto.
Texto: Alejandro Elías / Fotos, Ángel Burbano