La noche de reyes siempre es una buena noche para irse de concierto. En realidad, cualquier momento lo es, pero esa noche tiene algo de especial y han sido muchas las ocasiones a lo largo de los años en las que hemos visto grandes conciertos en esta fecha tan señalada. Este año recalamos en La Ley Seca para ver a Mauro, proyecto grupal del cantante y compositor zaragozano Mauricio Andreu que, junto con un puñado de músicos y amigos –y hasta un hermano gemelo-, forman este quinteto. Su música transita la fina línea entre la canción de autor y el rock, aunque con un punto fronterizo que es su verdadera seña de identidad. Ese toque que incorpora al rock más tradicional los sonidos procedentes de la frontera entre los USA y México, que ha tenido en España una gran aceptación a lo largo de su historia del rock. Grupos como La Frontera, por ejemplo, o los más cercanos Más Birras impregnan de referencias directas la música de Mauro. El show se abrió con la primera canción que encontramos en su disco homónimo de debut, “Olivia”, una de las mejores composiciones de todo el álbum. El quinteto funciona a las mil maravillas en directo, siendo el teclado hammond y las guitarras de Dani Mateo las que marcan la diferencia en el sonido de la banda. Continuaron desgranando las canciones del disco, perfectamente producido en La Cafetera Atómica por el omnipresente Rafa Domínguez. Temas como “Disimular”, “Reina de la soledad” o “Aire puro” -con un sabor más acústico- destacaron sobre las demás en el cómputo general de la noche. Aunque si hay una que sobresale esa es “El cielo sobre Berlín”, con una letra caprichosa y un conjunto sonoro que llama la atención. Llegó el momento para la única versión del recital con una adaptación curiosa de “El camino del exceso” de Héroes del Silencio, que nos sorprendió a todos pues los arreglos la transforman totalmente y sin embargo funciona a las mil maravillas. También les dio tiempo de presentar alguna de las nuevas composiciones en las que están trabajando y que formarán parte de un próximo trabajo. Quedaba “El último trago” para cerrar el concierto y fue un acierto ya que es una canción perfecta para terminar. Un tipo valiente y pasional, Mauricio, que sabe que en la constancia y en el amor por la música reside el secreto de este oficio. Seguiremos sus pasos.
Texto: Alejandro Elías