Siempre ha sido Aragón una tierra de rock and roll, tal vez sea por la aridez o por los altos contrastes de las almas habitantes, de norte a sur la dureza se impregna en cada camino o sendero y hace que los sonidos crudos manden en cualquier tipo de frecuencia. Huesca nos tiene acostumbrados a la elegancia norteña, al buen hacer, a la pausa y al puñetazo en la mesa del que reclama su trono ante la atónita mirada del primogénito.
Como si de una hidra se tratase, The Muddy Flumen se nutre de cabezas pensantes procedentes de grandes grupos de la escena como Amòrica, Isuela River Band o Esclavos del Vicio, y tiene su origen en el rock, one more time, americano. Sonidos pesados, riffs, sudor y Jack Daniels. The Muddy Flumen se acuerdan de todos los tópicos del género pero lo hacen con exquisitez y acordándose de los grandes nombres en los múltiples easter eggs que aparecen en toda la obra.
Un comienzo valiente con la musicalización de Invictus, poema de Henley (atiende, 1875) y el recordatorio de que Hopper y Fonda han aportado a nuestras vidas más que cualquier profesor. El folk de Burying up beliefs, que bien podría tener su sitio en el cancionero de Dylan, o los ritmos más funkies de I like you son dos demostraciones perfectas de que al rock clásico todavía le quedan seguidores radicales capaces de dar sepultura a cualquier pseudogénero actual.
Los puntos álgidos vienen en la segunda parte del disco, Hope you, Fallin’ Cold (inevitable acordarse de los graves de Axel Rose) o Love & Justice nos mandan directamente al momento en que Neil Young y sus Crazy Horse nos volaron la cabeza con Down by the river. Trenes, solos, proclamas de Woodstock y coros a lo Stones, además de colaboraciones en saxo y teclados, The Muddy Flumen han querido acordarse de todo y el resultado es brillante. El ritmo pesado de Tell it your ma pone punto y seguido a una banda que ha decidido asaltar la escena y presentarse sin permiso alguno, ni falta que les hace. Han venido para quedarse.
Stabilito, D.
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