Reconozco que servidor todavía se mueve con cierta torpeza en la música cableada que enlaza bits con beats y hace del ruido una religión. Es en los últimos meses cuando mis oídos, carentes de mucho y dueños de poco, se atreven a bucear en ambientes conocidos, y reconocidos, pues todos somos hijos de la MTV y sabemos que Moby llegó a bucear en las frías aguas de Groenlandia antes de que Thom Yorke colgara la guitarra para fundirse con una placa base. David Albalá cambia de piel y lo hace desde la distancia del estudio para dedicarse a crear, porque sí, porque los músicos hacen eso aunque la lluvia ácida se cuele por las grietas. Bajo el nombre de The Biomechanical Toy ofrece un doble single lleno de movimiento, de neón y de brillo, de materia pulida a base de golpe de ratón. The First abre el camino de la música ambient acordándose del cassette como prolongación del vinilo. No queda lejos de los Dust Brothers recorriendo la inmensidad a través delas vías de un tren a ninguna parte.
Albalá juega con las idas y las venidas y pisa el acelerador con la suavidad del que estrena coche. The Other aterciopela la escucha, pone atención en el lastre y recoge el polvo que nunca echamos de menos. La calma chicha que no explota y el blanco y el negro recorriendo las yemas de unos dedos curtidos en batallas muy diferentes. Corto pero intenso y con el relax del que se relame con la escucha definitiva. Estamos de enhorabuena porque la nueva muda encaja como un guante. Prometen los nuevos vientos.
Stabilito, D.
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