Xoel López. Foto, Auditorio de Zaragoza
Xoel López durante su concierto en Zaragoza. Foto, Auditorio de Zaragoza

CRÓNICAS: Xoel López. Sala Mozart, Auditorio de Zaragoza 5/3/21. Por Alejandro Elías

Como dijo el protagonista sobre el escenario, cada concierto que se consigue hacer hoy en día es un “logro”. Y efectivamente así es, por tanto debemos sentirnos privilegiados por poder asistir a shows tan estimulantes y alentadores como el que ofreció el pasado viernes Xoel López en la sala Mozart del Auditorio de Zaragoza. Su propuesta es realmente original, tanto en su vertiente sonora como estética. Desde su primer disco allá por 2012, el músico gallego ya dio pistas de que su proyecto nunca iba a estar sujeto a la comodidad o a lo inmóvil. Al contrario, el ansia de búsqueda permanente es una máxima en la carrera de López, que ha conseguido con su último disco “Si mi rayo te alcanzara” llegar al cénit de esa exploración insaciable. La sonoridad del disco, los instrumentos utilizados, la ausencia de guitarras convencionales, la ausencia de bajo (!!!) en prácticamente todos los cortes, así como el protagonismo de los teclados y los coros femeninos, le sitúa en un punto absolutamente contemporáneo y actual. Moderno, dirán algunos. Llevar esto al directo es, cuanto menos, tentador para cualquiera. Xoel lo consigue y con notables resultados, pues en cuanto la formación pone sus pies sobre el escenario ya se intuye que algo especial va a suceder. Y así es, pues el sonido está desde el principio sostenido sobre los tres pianos que hay sobre las tablas. La batería no es tal, sino que se trata de un set de percusión muy minimal; tampoco hay bajista en la formación y las poquitas guitarras que suenan las toca el propio López. Le acompañan tres jóvenes chicas cantantes, nada más y nada menos que Alice Wonder, Ede y Teyou. Junto a ellas, el percusionista y el ya omnipresente teclista Charlie Bautista, la verdadera mano derecha de Xoel en labores instrumentales. El grueso del set list es su nuevo disco, cosa que se agradece pues indica que la apuesta por sus nuevas canciones es firme, y no es para menos pues se trata de una colección de canciones magnífica. Abren con “El destello” -igual que en el disco- y siguen con temas nuevos como la maravillosa “Vampiro blanco” que quizá sea el primer momento álgido del show. En “Alma de oro” invita al primer plano a Ede que hace prácticamente labores de cantante principal, al igual que sucede con Alice Wonder en “Cometas”, primer guiño a su anterior disco “Sueños y pan”. Con “Tierra”, su gran composición y posiblemente la canción que le puso en el candelero, hace estallar a un público muy receptivo desde el comienzo. Pero es con “Balas” y con “Lodo” con las que definitivamente se mete a la gente en el bolsillo, consiguiendo una comunión entre banda y espectadores realmente conmovedora. Sus toques latinos (suenan guiños al merengue o la bachata) y sobre todo africanos, nos llevan a pensar constantemente en Paul Simon o Juan Luis Guerra, seguramente dos de sus referentes más presentes en los últimos tiempos. Canciones refrescantes, llenas de color y ritmo, emocionantes y llenas de alegría. Música para sentirse vivo, en una época que sin duda mucha falta nos hace. Gracias Xoel por contagiarnos tus ganas de vivir y, sobre todo, de bailar.

Texto: Alejandro Elías

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