Está claro que el marzo del 2020 supuso un antes y un después en muchos sentidos. El arte no se escapó de la bomba pandémica que hizo que tuviéramos que aprender de memoria las formas del gotelé de nuestras paredes. Eduardo Luka surge como un nombre en mayúsculas en los últimos tiempos en los que el interés se disipa en función de la siguiente noticia de actualidad. Este Sesiones de estar por casa promete ser el primero de los desplazamientos a distancias medias del músico zaragozano.
Los pequeños detalles del EP son los que marcan la diferencia, el artesano enjaulado con medios a su disposición y mucho tiempo para gastar. Ansiedad abre la ventana al patio interior mediante un suspiro eléctrico de tintes dramáticos. La prosa de Luka es reconocible en todo momento y entra de lleno en el cancionero pop que de los 90 hasta ahora ha ido llenando lo alternativo de lo alternativo (¿me sienten?). Ayer la vi suena a folk del siglo XXI, en los que los patinetes han atropellado a los caballos y los banjos están olvidados en un Brimnes del IKEA. Una amalgama de sonidos que van sucediéndose hasta dejar el poso agrio de un gramo que tarda en bajar y hacer efecto y acertamos un pleno al quince.
El ep crea un barranco de silencio con Razones, llena de humedad emocional y con aroma a una noche de domingo en abril. Hasta tres temas ha querido revisitar Luka en esta nueva obra, signo de la búsqueda de la canción. Tú y yo, es otra de las revisiones, canción de confinamiento puro y duro, de relación y de sofá. Como si Mac DeMarco paseará por el Tubo y no tuviera otra cosa que hacer que fumarse un canuto mirando las calles supurar charcos de cafeína.
El disco finaliza con Luz, psicotrópica y preciosista, acústica y llena de matices, porque lo breve y bueno empalma al oyente ávido de sensaciones inmediatas. Nos encontramos con un nombre que no cesará de sacar material interesante en esta tierra de oídos sordos y aplausos mudos, ¿sabrán encontrarle antes de que se pierda?
Stabilito, D.
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