CRÓNICAS: La Habitación Roja. Teatro de las Esquinas, 8/10/2022. Por Alejandro Elías

Hay bandas que son historia de nuestra vida, que han puesto la banda sonora al transcurrir de los días, de nuestros mejores años. Bandas que llevas viendo en directo dos décadas y que te han visto -y hecho- crecer. Bandas que te recuerdan cuando todo estaba bien, cuando la vida se hacía en las calles, en los bares de copas; cuando no existían los patinetes y la gente podía caminar por las aceras sin peligro, sin miedo; cuando no existía Amazon y la gente compraba en las tiendas, en los barrios; cuando se podían alquilar pisos y aún te sobraba sueldo para poder comer; cuando la música dominaba las listas de éxitos y la radio emitía canciones que nos hacían pensar. Por suerte, hay unas cuantas que todavía siguen en pie, como La Habitación Roja. Los valencianos desembarcaron esta vez en el Teatro de las Esquinas para presentar su nuevo disco “Años luz II” y por fin pudieron volver a tocar en un espacio cerrado en su segunda casa, Zaragoza, tras los años pandémicos. Comenzaron más pronto de lo esperado, pues los teloneros previamente anunciados no acudieron a la cita, por lo que LHR empezaron cuando la sala aún estaba a media entrada. El sonido, desde un principio, tampoco fue el adecuado, sensación que se percibía en la cara y el gesto de varios de los asistentes. Pero las canciones siempre ganan, y las de La Habitación Roja son buenísimas. Así, temas como “La segunda oportunidad”, “Un día perfecto” o “Cuando te hablen de mi” fueron coreados y celebrados por la gran mayoría de público, que a estas alturas ya era mucho más numeroso aunque sin llegar a llenar, en ningún momento, el aforo del teatro. Con “El eje del mal” tocaron el cielo y la gente se desató definitivamente llegando a bailarla y cantarla palabra por palabra. Y es que el público de la banda valenciana es de esos que se saben sus canciones al dedillo, haciendo de ellas tótems dentro su imaginario musical vital. Tras su mayor éxito “Indestructibles”, la banda se dio unos minutos de descanso para volver a ejecutar unos bises sin desperdicio. Comenzaron con “Norge”, quizá la mayor deuda con The Cure de toda su carrera, que ya abarca casi 30 años. Con “Mi habitación” efectivamente nos tocaron el corazón a todos, y con “Ayer” convirtieron el teatro zaragozano en un festival veraniego. Tras “Las canciones”, los cinco componentes agradecieron fervientemente a su público maño haberles acompañado durante todos estos años. Y es que -tal y como ellos mismos dijeron- si hemos llegado hasta aquí, llegaremos hasta el final.

Texto: Alejandro Elías