CRÓNICAS: Xoel López. Oasis Club. Zaragoza, 24/1/24. Por Alejandro Elías

Es curioso presenciar en tiempo real la evolución de la carrera de un artista que te gusta y emociona, y no es nada fácil pues -al menos en mi caso- cuesta encontrar nombres actuales que te pellizquen el corazón. Ya sabemos que la música tiene mucho de nostalgia y es en el pasado donde solemos encontrar siempre el catálogo sonoro más nutrido para nuestro día a día. Xoel López es uno de esos músicos que lo han conseguido y que permanecen a nuestro lado conforme pasan los años, asistiendo en primera persona a su ascensión como compositor de canciones. Y ¡qué canciones!. Se supera disco a disco y muchos aseguran -me incluyo- que su reciente “Caldo espírito” es el mejor de su discografía. Con él abrió el concierto del viernes, haciendo sonar la intro de “Albatros” tras su teclado rojo y acompañado por un terceto de músicos jovencísimos y tocados por la gracia de algún Dios. Sorprende ya de primeras la distribución del escenario, no colocándose el protagonista en el centro y cediendo casi el mismo espacio a los demás integrantes, poniendo así de relieve la importancia que se le va a dar durante todo el show a la parte instrumental. Hecho que cobra especial notoriedad en temas como “Esto no es amor”, “Ochomil” o “Glaciar”, todos pertenecientes a su último álbum y que ponen de manifiesto una riqueza instrumental sobresaliente. También vocal, pues en la mayoría de momentos son los cuatro músicos de la banda los que están cantando a la vez, no escondiendo el papel tan notorio que le dan a la voz y los coros en esta nueva etapa. El concierto se convierte en una fiesta con “Buenos Aires” y “Que no” -ese clásico inmortal de Deluxe-, para posteriormente mutar en una pista de baile caribeño con “Tigre de bengala”. Y es que la paleta de estilos y sonidos que maneja el cantante y multinstrumentista gallego es infinito, pues también hace gala de su perfil de cantautor en gemas como “Patagonia” o “Por el viejo barrio”. Con la sala Oasis repleta y totalmente rendida a sus pies, Xoel López sonreía con cada nueva sorpresa que regalaba a sus fans en forma de canción y sobre todo con las nuevas versiones que en esta gira ha preparado de clásicos como “Joana”, sonando más bailable y festivalera que nunca para deleite de todos. Dos horas fue lo que el coruñés estuvo sobre el escenario y aún se permitió el lujo de dejar fuera ases como “Vampiro blanco” o “Yo solo quería que me llevaras a bailar”, que seguro habrían hecho las delicias de más de uno. Y es que los seguidores del cantante se tatúan su música en el alma y se nota que les hace felices con cada nuevo paso que da. Así llegó al final con la aclamada “Lodo” que puso la guinda a una noche cargada de emoción, baile y desenfreno colectivo en lo que para muchos supuso una fiesta musical que recordar por mucho tiempo.

Texto: Alejandro Elías / Fotos, David Sánchez Ruesta