CRÓNICAS: Sidonie. Sala Oasis. 11/11/2016. Por Stabilito, D.

Hoy ha muerto un genio y el mundo es un poquito peor, hasta siempre Leonard. Bajo esta premisa afrontábamos una noche de reencuentros. Sidonie volvían, no sólo a Zaragoza, sino también a la Sala Oasis (con San Miguel music Explorers on Tour). Si mi memoria no falla no pisaban el mítico escenario de la Calle Boggiero desde la gira de El Incendio. Y es con su vuelta al pop, tras sus desvaríos psicodélicos (El Fluído García) y electrónicos (Sierra y Cánada), cuando se han atrevido a mostrar sus canciones en el templo maño por excelencia. El Peor Grupo del Mundo es la vuelta del grupo catalán al pop elegante, a las canciones de estribillos cantables y empáticos. Todos los habitantes del planeta se podrían ver reflejados en los versos preciosistas de Marc Ros. Os queremos abrió la impuntual velada, toda una declaración de intenciones y una carta de amor a las influencias. Sin miraduras el trío catalán, ahora quinteto, atacaron cortes sus primeros discos en castellano como Nuestro baile del viernes, Fascinado o La Costa Azul.

Los inicios de gira tienen su propia idiosincrasia pero Sidonie solventaron cualquier problema técnico con actitud y sobre todo con auténticos himnos como Un día más en la vida, Por ti o En mi Garganta, canciones de amor para enamorados y desenamorados, para personas y alienígenas, para Trumpistas y Clintonianos, incluso para populares y sociatas facinerosos. Marc, Jes y Axel llevan años en la cima del pop alternativo, es impensable un panorama sin las filigranas del flaco, sin la picardía del barbudo o sin la maestría de un Marc Ros que vuelve a llamar a la puerta de nuestros corazones con canciones como No sé dibujar a un perro, Atragantarnos, Siglo XX, el megahit Carreteras Infinitas o Fundido a negro con ciertos aires a los ochenta españoles.

El concierto superó el sonido enlatado de la Sala Oasis y el público cayó en picado rendido a los pies de un grupo que con Un día de Mierda se dio un auténtico baño de masas. Yo soy la Crema, Sierra y Canadá y El bosque sonaron a clásicos y apenas tienen años. Con El Incendio y Estáis aquí se despidieron (continuarían en Las Armas con una sesión de influencias vinilísticas) de una ciudad que ansía que pasen cosas bonitas. Lo mejor, la compañía de las noches eternas, el ver a tu alma gemela sonreír, el ver a tu hermano guiñar el ojo a un futuro increíble. Dicen que el Invierno viene pero nosotros sabremos sobrevivir a base de conciertos como el de esta noche.

Stabilito, D.
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