Bleep! 2019

Festival Periferias 20.0: Raíces y Cables

Baiuca

Tras el nombre de Baiuca se esconde Alejandro Guillán, quien, tras una etapa dedicado al pop electrónico con el nombre de Alex Casanova, ha decidido dejar atrás ese alter ego para comenzar un nuevo proyecto que, en cierta forma, está marcado por la morriña y la saudade de su tierra, Galicia. Con el nombre de Baiuca se dedica a investigar la red de conexiones entre la música tradicional y los nuevos sonidos electrónicos, convirtiendo el folk gallego en material idóneo para las modernas pistas de baile. El fruto de esta aventura se ha concretado de momento en su primer álbum, “Solpor”, y en el EP “Misturas”, en el que revisa y remezcla la música del grupo de folk Xosé Lois Romero & Aliboria.

Kiev cuando nieva

La trayectoria de Kiev cuando nieva está claramente asociada a la de Periferias. Este ya veterano grupo oscense inició su trayectoria justo cuando el festival comenzaba a andar. Han sido varias y diferentes las aportaciones de Kiev cuando nieva a Periferias a lo largo de estos 20 años. El grupo acaba de lanzar su sexto álbum, “Inicio de surco”, una obra maestra del pop oblicuo, un canto a la naturaleza y a la vida el campo, que en esta edición de Periferias será ofrecido desde una perspectiva peculiar e insólita, con un mayor peso de los sonidos electrónicos, creando una suerte de nueva electroacústica. En cualquier caso, la de Kiev cuando nieva seguirá siendo una de las propuestas más personales, originales e imprevisibles del panorama español.

Idris Ackamoor & The Pyramids

Nacido Bruce Baker en Chicago en 1951, Idris Ackamoor es un músico, compositor, actor y productor que fundó en San Francisco el proyecto de performance Cultural Odyssey. Desde los primeros años 70 lidera el grupo The Pyramids, un grupo de jazz muy peculiar, surgido a la vera del mítico Black Music Ensemble de Cecil Taylor, y con el que se adelantó a la eclosión de la world music, apostando por una perspectiva multicultural. El poderoso influjo de la música africana en su sonido, la inclusión de tap dance en sus espectáculos e incluso a la introducción de efectos electrónicos le han granjeado una merecida fama de grupo de culto. The Pyramids se disolvieron en 1977 pero reaparecieron treinta años después, en 2007. Y ahora Idris Ackamoor continúa con su odisea musical intergaláctica tras haber publicado el año pasado su magnífico último disco, “An angel fell” (Strut Records), que ha sido definido como “si estuvieras en un club africano o en el Downtown de Manhattan o el Southside de Chicago a finales de los 60 y primeros 70, donde la improvisación libre se une a la electrónica, el rock y el funk de Sly & the Family Stone con la urgencia de la lucha por los derechos civiles”.

Niño de Elche

La idea de “Colombiana”, el nuevo trabajo de Niño de Elche, nació precisamente en el festival oscense Periferias, en su edición de 2014. Allí coincidió y descubrió a los Meridian Brothers, grupo colombiano liderado por Eblis Álvarez, quien constituye el otro eje central de este nuevo disco de Niño de Elche, que se grabó en Colombia sobre la base de una exploración de los cantes de ida y vuelta. Como señala su colaborador habitual Pedro G. Romero, “todo el flamenco es un cante de ida y vuelta, no solo las guajiras o milongas, sino también la soleá o la seguiriya… es el mismo viaje que hicieron el azúcar, el café, el cacao, el ron de caña y también la cocaína, la ayahuasca y el LSD”. Una relación muy fluida y fructífera que se ve plasmada en un disco visionario y futurista que, entre otras cosas, trata de prostitución, drogas y colonialismo.

El expansivo recorrido de Niño de Elche ha conseguido poner de manifiesto su imparable creatividad en diversas propuestas como el flamenco, la electrónica, la literatura, la performance, la poesía fonética, el rock, la canción de autor o la música contemporánea, entre otras. Desde sus primeros álbumes, “Strates”, “Sí, a Miguel Hernández” y “Voces del Extremo”, el reconocimiento del autodenominado exflamenco ha avalado transgresoras propuestas como la de su álbum anterior, “Antología del cante flamenco heterodoxo”. Niño de Elche ha sabido además aunar fuerzas con múltiples artistas de diferentes géneros, como en sus proyectos junto a Toundra (Exquirla), el bailaor Israel Galván o Los Planetas (Fuerza Nueva).

Nu Tempo

Después de su aventura con la  banda pionera del rock latino Mestizos, el músico oscense Juanjo Javierre puso en marcha Soul Mondo, un proyecto centrado en la entonces emergente dance music electrónica. En 1996, meses después de publicar su primer álbum con este proyecto, conoce a la compositora y cantante cubana Ludmilla Mercerón, entonces recién llegada de Santiago e instalada en Zaragoza. Su segundo trabajo Nada malo en la casa (1997), mezclado en los estudios Matrix de Londres y publicado también en Alemania, Suiza y Austria, contiene varios temas en los que los ritmos house y dub  se fusionan con las poliritmias  yorubas de la santería cubana. De Nada malo en la casa se extrae el maxi cd Tremendo de Remixes que incluye remezclas de los británicos Transglobal Underground. En 1999 Javierre compuso una serie de temas con clara inspiración en el bolero y en la rumba cubana y decide reformular su propuestas bajo el epígono Nu Tempo, con el que publica el álbum “Rumbo a Nuevas Islas”, en el que  el protagonismo vocal recae principalmente en Mercerón. De entre este innovador repertorio destacan dos medios tiempos que además se editaron como singles: Islas (canción que estuvo en múltiples listas de lo mejor del año) y Los restos del naufragio. El buen recibimiento crítico del disco propició la participación de Nu Tempo en el festival itinerante Global Dance, así como en citas  internacionales como Roskilde (Dinamarca), Sfinks (Bélgica) y en la feria internacional Womex (Holanda). La presente reunión, que tendrá su primicia en Periferias, pretende celebrar el 20 aniversario de un álbum que se adelantó varias décadas a la fusión de los ritmos latinos y la urban music, corriente hegemónica que atraviesa la música popular desde la corrientes más underground a las grandes estrellas del mainstream pop. Llegó la hora de que  nuevas generaciones descubran la singular banda aragonesa que hace más de 20 años  intuyó la enorme  potencia  bailable del electro latino.

DJ Der

Durante las dos últimas décadas, el barbastrense DJ Der ha trasladado la esencia de su variado y coherente discurso musical a festivales del territorio nacional como Sónar, Periferias –debutando en el festival oscense con tan solo 17 años–, Music & Dealers, L’Estrany o a noches ya legendarias como Paraleloan en Bilbao o Marabú en Barcelona, así como por los clubes más relevantes del panorama como Moog, Apolo, Razzmatazz o Siroco, por nombrar algunos. Natural de Barbastro, dejando patente desde muy joven una versatilidad e inquietud únicas como rastreador de música de todas las épocas y géneros, hace gala de una técnica hábil, sorpresiva y naturalmente ecléctica, que le ha llevado a ser elegido en varias ocasiones entre los 10 mejores DJs nacionales según el prestigioso magazine cultural Rockdelux (en 2009, 2014 y 2016). Der destaca por su intuición y buen gusto, su eclecticismo voraz y su capacidad para construir, pieza por pieza, sesiones únicas y muy diferentes entre sí en las que confluyen de manera impredecible y multidireccional desde los sonidos más clásicos hasta la vanguardia más experimental sin perder de vista tanto a la pista de baile como a los oídos más exigentes. Y en esta ocasión ofrecerá un set dedicado a la intersección de raíces y cables.

Dj Baba Sy y Maguette Dieng

Dj Baba Sy y Maguette Dieng son dos senegaleses residentes en Barcelona que han conseguido aunar la magia de los ritmos africanos y la tecnología más avanzada. Baba (dj senegalés residente en Barcelona) y Maguette (selectora barcelonesa de origen senegalés) pretenden dar a conocer la miríada de nuevos ritmos surgidos del continente africano: desde el durban house hasta el gqom, pasando por el kwaito o el afro disco. Estos ritmos aún muy desconocidos en algunas partes de Occidente son los que se pueden escuchar en sus sesiones y sets. Puro afrofuturismo.

Scúru Fitchádu

Furia, rabia, música de lucha. Son palabras que definen el perfil de Sette Sujidade (alias Marcus Veiga), la persona que se encuentra tras el proyecto caboverdiano Scúru Fitchádu. Su música es un cruce entre líneas de bajo distorsionadas, ritmos próximo al gabba techno, punk, ruido y funaná, que es una música tradicional de Cabo Verde de origen campesino y fuerte componente rítmico, que tiene como instrumento identitario el ferro (una barra de hierro). Sus conciertos son una experiencia fascinante, un viaje a la música más acelerada y salvaje. Auténtica música de la liberación.

Yugen Blakrok

Yugen Blakrok es la principal figura femenina del hip hop sudafricano. Su fama internacional ha comenzado a crecer gracia a la inclusión de su tema “Opps”, grabado junto a Vince Staples, en la banda sonora producida por Kendrick Lamar para la exitosa película “Black Panther”, basada en el superhéroe africano de Marvel. Aunque inició su trayectoria musical a principios de este siglo, su primer álbum no se editó hasta el año 2013, “Return of the Astro-Goth”. Con una puesta en escena enérgica y vibrante, junto a su dj y productor, Kanif the JhatMaster, forma uno de los dúos más sólidos y populares del hip hop sudafricano, y este año acaba de editar su segundo álbum, “Anima Mysterium”, que incluye la colaboración del mismísimo Kool Keith y en el que se entrecruzan el embrujo de los ritmos africanos con el rap y la electrónica más puntera

Cimafunk

Erik Alejandro Iglesias, alias Cimafunk, es la revelación del año en Cuba y uno de los diez artistas latinos a seguir de cerca en 2019 según la influyente revista Billboard. Cantante, compositor y productor, Cimafunk ofrece una mezcla sutil y audaz de funk con música afrocubana. Artísticamente, Cimafunk reivindica sus orígenes africanos y pretende mezclar en su propuesta distintas estéticas musicales negras como el funk, el blues, la rumba, el son y el cha cha chá. Con su vestuario vintage sorprende en escena, le da importancia al show a la manera de los íconos del funk setentero o de las big bands cubanas de los años cincuenta como la de Benny Moré. Con sus ocho músicos, cultiva una alquimia sabrosa hecha de un groove eficaz y de improvisaciones musicales, vocales y danzantes. Cimafunk es un cimarrón, un ser libre desafiando las clasificaciones, un peregrino en busca de nuevos mestizajes. No cree en nada sino en el poder del Groove y en la comunión catártica de los cuerpos bailando un ritmo pegajoso. Orgullosa de su pasado, su música se dirige al futuro, arrasa con las clasificaciones y se apodera de los cuerpos durante conciertos electrizantes. La máquina más irresistible del funk cubano.