GRABACIONES: EL JUANA BANDA. Psique Austral (Autoeditado, 2015). Por Stabilito, D.

Les pondré en antecedentes: conocí a Juan Ruiz hará cerca de ocho o nueve años. Rondaba el círculo de Sultans y se le veía de vez en cuando en el Rincón de Goya junto a los chicos entonando clásicos del rock. Pero mi primer recuerdo es en aquel sitio de la Plaza Roma, más cercano a un piso okupa que a un local de ensayo. Por allí estábamos intentando montar un grupo Luis Irigoyen, Willy García y Paul Den Holder, algo muy “indie”. Coincidimos con Juan y Guille Esteban y el primero se puso a cantar fandangos junto a Paul de una manera totalmente creíble. Toda esta historia tiene un fondo, la voz de Juan, El Juana. Una voz que se eleva como el alma, que rompe, rasga, quiebra y marca a su total antojo. Un prodigio a la altura de muy pocos en estos territorios (aquí no vale el “tú eres el cantante que no sabes tocar nada” que tanto hemos utilizado algunos). Ruiz posee un instrumento afinado, especial y da muestra de ello en su nueva aventura.

Enmarcado en los que cruzan el charco y vuelven totalmente cambiados (ya saben, Auserón, Xoel López y tantos otros) pero no deja de lado el rock en el que ha madurado (Sivanna, Delirium Tremens). Este Psique Austral se acerca a la ópera rock, con sus personajes, con sus coros y con sus historias. Como si de un musical se tratase con su inicio y su final, todo ello aderezado con toques latinos y una instrumentación sincera e inteligente. Transformosis es el ejemplo de CANCIÓN con mayúsculas, llámese Kafka u Ovidio, el texto es lo más interesante en años. La teatralidad del discurso de El Juana está a la altura de artistas como Raphael o Mónica Naranjo. El concepto continúa con Ballroom Vals en el que el purgatorio es el consejero, el coro de almas y el fantasma de la Llorona, Chile, Guatemala y el alma de Violeta Parra de Todos los Santos.

Juan Ruiz se ha rodeado de gente pudiente y pensante como Francisco López, Edu Aparicio, Estefanía Anieto y David Sánchez, de sobra conocidos en el panorama. Y el estilo del disco es eficiente, psicodélico, onírico y, ante todo, desbordante de verdad. Nick Drake aparece en la homónima Psique Austral para que Celia Cruz se cante una milonga aflamencada. Algo digno de no perderse en la esquiva memoria. El Juana admite su culpa y finaliza su cuarta maravilla declarándose Inculpable en el corte más teatral del disco, imposible no acordarse de Teddy Bautista y su Judas en JesuChrist Superstar.

Las palabras ya están dichas, la decisión es suya, tienen las herramientas adecuadas, la juventud, los oídos y las ideas. El Juana Banda merece una hora de su tiempo como mínimo. Disfruten y dejen derramar las lágrimas porque cualquier día de estos nos volverán a fusilar en los muros de Torrero.

Stabilito, D.
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El Juana Banda - Psique Austral

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