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El viernes pasado volvió a nuestra ciudad la cantante y multiinstrumentista mallorquina Maika Makovski, la cual no pisaba suelo zaragozano desde un lejano 2016 si las cuentas no nos fallan. Es una artista bastante querida por estos lares y la asistencia de público no flaqueó, tratándose de un concierto en un Centro Cívico alejado del centro de la ciudad y con escasa promoción. Y es que Maika posee un talento fuera de toda duda y lo demuestra, innatamente, cada vez que pisa un escenario. Ella sola, con una energía deslumbrante y su sempiterna sonrisa, es capaz de llenar el espacio que otros artistas no podrían ni acompañados por un quinteto. Con su Fender Telecaster ’72 Custom en las manos, comenzó con ese hit inmediato llamado “Love you til I die” dejando constancia de un arranque efectivo como pocos. Los ecos a PJ Harvey volvieron a resonar al escuchar su voz y ya no se desvanecieron en todo el show, pues la cantante inglesa es quizá su mayor influencia. Con ese deje vocal que a su vez nos remite irremediablemente a Patti Smith atacó una a una todas las piezas de su repertorio alternando piano y guitarra eléctrica, sumando percusiones -bombo, panderetas- que ella misma ejecutaba con ambos pies, haciendo gala de una labor de concentración y maestría fascinante. Sus canciones fueron ganando en intensidad y aunque a su vez alternaba alguna pieza más lenta, nunca suponía un impedimento para que la llama de la emoción se avivase cada vez más. Temas como “Language”, “Body” o “Frozen landscape” dan buena fe de ello e hicieron las delicias de un público entregado y respetuoso desde el inicio de su sobresaliente actuación. Abrió la velada la zaragozana Miriam Bronski, sentada y armada con una elegante y sobria guitarra española, ejecutando algunas de las nuevas composiciones que formarán parte de un inminente nuevo álbum, así como otras canciones pertenecientes a formaciones y proyectos anteriores.
Texto: Alejandro Elías
