«Recuerdo algunos bailes de vals,
Tom Waits esparcía sus tripas por el salón,
a menudo los allí presentes
bailábamos en corro como judíos
en la festividad de Hanuca».
No faltó en aquellas noches de invierno con f
ningún ingrediente de los habituales:
Alcohol incalculable,
exaltación creativa,
ciega euforia que no preveía
la infernal curda-cruda cruda-curda
que se avecinaba de tres días;
esta marca antológica
quedaría registrada
en el tercer tomo enciclopédico
acerca de borracheras […]
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