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Andanda la que se puede liar en los próximos días en esta ciudad, la mejor del Sistema Solar sin duda, si somos capaces de mantener el ritmo, porque esto ya no es que no haya hecho más que comenzar, es que aún no ha comenzado de manera oficial y si no fuera por alguna que otra reparadora siestecica no habría cristiano que lo resistiera.
Y es que efectivamente en los dos días previos al Pregón de Fiestas donde se da inicio de manera oficial a los Pilares de este año, vaya dos eventos tan imprescindibles y estupendos como sudorosos y agotadores a los que he tenido el privilegio de asistir, el concierto de los Gandules y la Noche Rockera Tributo a Más Birras producida por ese también imprescindible prócer de la cultura aragonesa que es Luis Linacero. Y de balde, tú, que a otros ponerse en forma les cuesta perricas, acción que si se realiza en magníficos establecimientos ad hoc como el Iron Salfer de mi amigo Salva, resulta hasta recomendable, pues yo bailando, botando, sudando y refrigerando a base de rubia cerveza, me planto cualquier día de estos en los 18 añicos again, je, je.
El diccionario de la Real Academia Española define el término gandul como tunante, holgazán, especificando que proviene de la palabra árabe gandur que significa truhán. Mas en la lengua propia de nuestro país, en aragonés, para esa holgazanería, pereza o gandulería tenemos una palabra estéticamente incluso más hermosa, galbana y ahí es a donde yo quería llegar para intentar transmitir a los lectores de Aragón Musical, la experiencia poco menos que metafísica sufrida por varios miles de personas el jueves día 3 del presente mes de octubre en una Carpa del Ternasco, que si con Lurte se había llenado, con la pareja habitual de Gandules, hoy sin la compañía de los habituales Somardas (otra preciosa palabra propia y muy de nuestra hidiosincrasia), estaba a reventar, pero a reventar de verdad de la buena, hasta el punto de que medio concierto lo tuve que ver desde el pasillo exterior derecho hasta que pude ir acercándome un poco hacia el escenario.
Y es que el bilbilitano Santiago “Dun Gandul” Díaz –ex Objetos Perdidos- junto a Roberto “Tobo Gandul” Montañés –ex Los Berzas- son Los Gandules desde hace más de una década, en la que no sólo han triunfado en su irreverente directo sino también con sus siete discos editados, a cual más descacharrante, lo que hace perfectamente entendible que en el recinto no cupiera ni un alma más, brutal baño de masas de Roberto incluído.
Aunque estos disparatados tipos suelan jugar el rol de truhanes y tunantes vagos caseros con sus singulares zapatilas de abuelo y su informal batica a cuadros, en algunos temas incluso les acompañó Susana Vaga, la Sweetheart Lauri de Hillbilly Mongows, su calidad musical y dominio del escenario y del facetoface con el público demuestran enorme profesionalidad con el añadido de un cómplice humor que provoca las delicias del personal.
Verdaderos iconoclastas con sus particulares versiones de grandes canciones clásicas, siendo lo más tremendo del caso que mayormente las mejoran, cal destacar en su ya enorme bagaje la participación y composición musical en largometrajes como Isi Disi: alto voltaje o Tensión Sexual no Resuelta, ambos del paisano y amigo Miguel Ángel Lamata.
¿Comedy Rock?, ¿Freak Metal? Que nadie intente clasificarlos y menos todavía entenderlos, son Los Gandules y si la Nasa pone cohetes es porque esta pareja de divertidos locos están formados de Polvo de Estrellas.
Pero si el jueves disfrutamos a tope con Gandules, la noche rockera del viernes 4, homenaje a Más Birras, fue un excelente show a tres bandas, absolutamente emocionante.
Para calentar motores abrieron la noche esa sui generis banda que son los Twangs, auténticos zumbaos del rock’n’roll, el surf y el garaje y con sus directos que el ex Dynamo Francho Angas y sus afinados colegas expanden enormes dosis de elegancia y originalidad para alegría de los asistentes. Larga Vida pues al modo twango.
A continuación los imprescindibles Lobos Negros, supervivientes de la Movida Madrileña en la que protagonizaron su facción rockabilly y a los que con protagonismo de su fundador y líder Luis Martín quiero y admiro especialmente, pues no en vano ya tuve la oportunidad de entrevistarlo junto a otra entonces también promesa de la música como Coque Malla de los Ronaldos, a mediados de los años 80 del pasado siglo cuando el que suscribe aún era otra joven promesa, en mi caso, del periodismo, recién aterrizado en la Villa y Corte dispuesto a comerme el mundo audiovisual honradamente.
Ay Luis, que jóvenes éramos y cuanto hemos cundido desde entonces, pero desde luego a ti hay que felicitarte pues has demostrado ser un músico como la copa de un pino, hacia años que no disfrutaba tanto en primera fila de un estupendo y sudoroso concierto rockero, menos mal que en cuanto los talaveranos remataron su enorme versión del éxito de Más Birras Beber no cura, pero ayuda a enloquecer, aullando me acerqué a la barra, pues eso, a por unas refrescantes más birras. Noche llena también de surf y garage, Auu!
La apoteosis de una noche Tributo a Más Birras se consiguió una vez más con la banda, que en torno a Pepe de Knuckle Band, nació con la genial idea de homenajear a uno de los mejores grupos de rock and roll que ha dado Aragón, para mí desde luego el mejor y el que más me ha hecho feliz.
Lo confieso one more time, si una banda rockera marcó mi juventud fueron esos genios, los Más Birras de mi vida y de mi corazón, que merecen un permanente homenaje que toma corporeidad al menos una vez al año gracias a Luis Linacero y compañía, en cuyo céntrico Café Rock por cierto tendré el placer de pinchar Vinilo y Vermut el sábado día del Pilar. Ahí nos vemos pues.
Texto: Ánchel Cortés. Productor y Académico de Televisión y de la Música Aragonesa.
Fotos: Ánchel Fotos
